Me alisto todas las mañanas sin verme en el espejo
para no sentir lástima de mi apariencia vacía y taciturna.
Salir con la sonrisa forzada
tanta veces ensayada por las calles.
Y recorrer una y otra vez
esos recodos del tiempo
glaciados en imágenes escarlatas y frías.
Metálicas.
La gente se queja de todo,
de lo que tiene y de lo que no tiene;
bajo la mirada expectante de los indigentes
que deambulan con el hambre y la miseria a cuestas.
¿Que valor podría tener frente a eso mi tristeza?
Se que te arrecuestas en otros hombros
envuelves tu cuerpo con otras sábanas
llenas de evidencias.
Y solo; terriblemente solo
esperando tu regreso.
El sabor de la vida sabe a pájaros muertos
en las azoteas,
grises;
espantados los colores
imperan las sombras.
Homero.
Mi Cuarto.
Marzo 12, 2009.
Hora: 8:21 p.m.
Una funda de ganchillo con flores
-
Para proteger mi agenda, le he hecho una funda de ganchillo con flores y
así me ha quedado...
Hace 10 horas
4 comentarios:
El sabor agridulce de la soledad que espera...
Que triste saben tus letras.
Besitos y que pronto llegue el sol a tu ventana.
Así es almena. Gracias por pasar. Saludos. H.
Darilea: Si son tristes mis palabras pero hasta el momento he sobrevivido a ellas. Gracias por pasar amiga. Un beso. H.
Publicar un comentario