Hoy 19 de Julio de 2009, se celebra en Nicaragua el treinta aniversario del triunfo de la Revolución Sandinista el 19 de Julio de 1979.
El pueblo nicaragüense liderado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional después de luchar contra la Dictadura Militar Somocista durante 50 años; por fin había logrado terminar con la misma.
Muchos muertos, miles de heridos y lisiados, torturados, mujeres y niños violados.
Los agentes de la Guardia Somocista (GN)y de la temida Oficina de Seguridad Nacional (OSN) huían junto con Somoza y sus allegados fuera del país.
Es un hecho histórico innegable que la Revolución Sandinista abría horizontes de libertad y democracia.
Desgraciadamente, el Imperio del Norte trató por todos los medios de evitar el ascenso y consolidación de la Revolución triunfante. Sumado a los errores que se cometieron vino una guerra entre hermanos nicaragüenses promovida y financiada por los Estados Unidos de Norteamérica y apoyada por la oligarquía y la clase dominante desplazada del poder político que duró una década completa (1980-1990).
El pueblo cansado de tanta guerra, en 1990 le dio el voto a la burguesía y a la oligarquía amparada en la figura de Doña Violeta Barrios vda de Chamorro, esposa del conocido periodista asesinado por la Dictadura y Director del Diario "La Prensa" Dr. Pedro Joaquín Chamorro y derrocaron al Gobierno Sandinista.
Los sandinistas en un gesto valiente y democrático aceptaron la derrota y entregaron el poder; marcando la estrategia a seguir en los próximos años: "gobernar desde abajo"y así lo hicieron; mudando de una ideología radical de izquierda (ortodoxa marxista) a una ideología difusa, ecléctica, mezcla psicodélica de colores, el rojinegro sandinista fue sustituido por el rosado chicha; en términos materiales hablamos de discurso de izquierda, populismo y demagogia, de amarres con la oligarquía, invasiones de tierra y tomas de calles con organizaciones de base enquistadas en el estudiantado, transportistas, ex-desmovilizados del ejército y del Ministerio del Interior; se recompusieron con la jerarquía de la Iglesia Católica con la burguesía y terratenientes, se hicieron socios y también empresarios.
Y gustó gobernar desde abajo; estando arriba de la estratificación social.
La base sandinista y sus líderes se dividieron creando diferentes facciones o movimientos desde adentro del partido o desde afuera. La primera y más importante: el Movimiento Renovador Sandinista que también cambiaron el rojinegro por el anaranjado "mirinda" (en alusión a una bebida gaseosa). Fueron aniquilados como partido político por el Pacto Ortega-Alemán el año pasado, aún no han logrado reorganizarse.
Esencialmente, en la actualidad el encuadre ha sido marcado por la cúpula sandinista en el poder, el eje matrimonial Ortega-Murillo. Y es una ecuación simple, muy propia de dictadores mesiánicos: Los que están conmigo y los que están contra mí. Dicho de otra manera, ellos (la cúpula y seguidores serviles) se consideran los sandinistas de verdad; los encarnadores de la pureza de la "lealtad" partidaria. Cualquier miembro que disienta o piense de manera diferente es "desviado" "desleal" "inconsistente" "aliado del imperialismo" entre otros epítetos.
A treinta años de una revolución; la única celebración que podemos tener es la renovación de nuestro compromiso de seguir luchando por la libertad, la equidad y justicia social. La construcción de un modelo de nación no excluyente y pluralista que respete la diversidad, la interculturalidad y el derecho de los pueblos indígenas con un Gobierno de hombres y mujeres honestos que tengan como paradigma supremo el interés general, el bien común.
Tenemos que hacer una segunda Revolución: ética y humanista; combatir sin tregua la corrupción y el narcotráfico, redistribuir la carga tributaria y el reparto de la riqueza social; creación de fuentes de empleo con salarios dignos, promoción y desarrollo de la pequeña y mediana economía; seguridad social, salud y educación con calidad para todos.
Tenemos que hacer una segunda Revolución para que tanto sufrimiento y sangre derramada no haya sido en vano pero también para que podamos rescatar nuestra dignidad arrebatada por políticos, empresarios y funcionarios corruptos.
Sandino vive...la lucha sigue.
2 comentarios:
También el movimiento sandinista- como en su día el de Fidel y El Che en Cuba, provocaron en España una ola de simpatía y solidaridad que duró casi tanto como la revolución. Miles de españoles de todo tipo y condición colaboraron de una u otra forma con los sandinistas, al tiempo que promovían y estimulaban en nuestro país una corriente de simpatía hacia el pueblo nicaragüense: recogida de fondos y alimentos, libros y medicinas... o directamente viajaban como cooperantes.
Todo un movimiento romántico que asumió una gran parte de la juventud y que, finalmente, terminó con la asunción del poder por parte de la señora viuda de tal que, al parecer, esos eran todos sus méritos.
Pero el tal Ortega también los hizo, a mansalva dicen, para perder un poder que le fue dado a cambio de muchas vidas, de inmensas cantidades de ilusión, de sueños, de esperanza...
Dichosos caudillos de mis coj...
Scila: todo lo que señalas es cierto; la Revolución Sandinista, de alguna manera, le había devuelto sus sueños de libertad al pueblo español. No creas, esa solidaridad esa ayuda desinteresada de miles y miles de cooperantes e internacionalistas no fue en vano; el pueblo sabe ser agradecido y ellos ocupan un lugar privilegiado en su memoria. Gracias por tus comentarios. Un abrazo. H.
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