Estaba sentadita y bien bañadita
en la sala de espera de una gran oficina corporativa.
Con su título universitario
recién salido del "horno"
y un montón de sueños y esperanzas
bajo el brazo.
Era la número 30
y esperaba entrevista
con el Responsable de Recursos Humanos
de la compañía.
8:00 de la mañana
Los asientos de espera se habían agotado
y había un monto de solicitantes
de pie comentando sus expectativas
de trabajo entre ellos
y presumiendo por sus artes
anunciados con mas optimismo
que posibilidades de entrar a la firma.
Una mujer menuda y elegante
hizo un anuncio breve y lapidario
Señores y señoras
favor llenen el formato que se les ha entregado
la firma no garantiza con la entrevista
el empleo solicitado
solamente cubriremos 10 plazas
con los mejores optantes
Gracias.
El anuncio no menoscabó
en nada el entusiasmo de Matilde.
Se sentía segura.
Y pensaba para sí:
"Fuí la mejor alumna de la clase
soy graduada de honor
para algo ha de valer eso..."
10:00 de la mañana
Apenas habían entrevistado a la mitad
de optantes.
Los oficinistas se habían aglutinado
alrededor de un oasís y una cafetera
a tomar el descanso de las 10
hablaban de sus aventuras del dia anterior
y planes por la noche.
Flirteo y conversaciones superficiales de oficina.
Eran casi las 12 del mediodía
cuando llamaron:
Matilde García Largaespada
¡Aquí señorita...!
Pase...pase... usted sigue...
Matilde se levantó como impulsada por un resorte
y entró a una oficina amplia
donde abundaban fotos de familiares;
de perros y gatos
un balón de futbol; un guante y bate de beisbol
y trofeos.
Un pequeño anaquel con una decena de libros
y revistas indicaba lo poco que eran necesarios
en el lugar.
Un hombre gordo bien almidonado
de saco y corbata le dijo con voz fuerte
y en forma chabacana:
Así que vos sos la "lumbrera" universitaria
Matilde García Largaespada
¿Te conozco de algún lado...?
No señor... no creo...
contestó un poco achumicada Matilde
Ja...ja...ja... se rió el hombre grande tras el escritorio
Claro que no te conozco niña
si estás saliendo de la teta de tu mamita...
Bueno... y que te trae por aquí
Buenos días... vengo a pedir trabajo.
dijo rápido Matilde agarrando valor
y le tendió la mano el funcionario.
Este le tomó la mano rápidamente
y se la masejeó con el dedo pulgar
Matilde retiró rápido su mano de esa caricia
robada y maliciosa.
¿ Qué te pasa niña cual es la timidez?
¿No es que andás buscando trabajo?
Sí señor...disculpe...
Bueno; veamos tu curriculum...
Sos una ingenierita recién graduada
con altas calificaciones pero sin experiencia laboral
¿No es así? espetó el funcionario
Sí señor; así es... pero aprendo rápido y necesito el trabajo...
No tan rápido jóven... no tan rápido...
El tipo se acomodó y se estiró a lo largo de su butaca ejecutiva
se rascó ligeramente la panza y preguntó:
¿ Sabes inglés?
No señor...solo algunas palabras...
¡Haa...! __ le dijo el burócrata__ entonces no sabes hablar
¿ Sabes computación?
Pues solo un poco señor...
¡Haa..! __ entonces no sabes escribir
Pero señor; su compañía está buscando un ingeniero civil
para operaciones de agrimensura
no necesito hablar ingles ni saber computación para eso...
Lo siento jóven
Si no sabes hablar y no sabes escribir
solo te puedo dar trabajo de afanadora
¿ A no ser que tengas otro arte?__ le dijo el burócrata
tomándole nuevamente la mano a la jóven y acariciándose con
cierta morbosidad
Matilde tomó la carpeta con su papeles
se levantó y salió callada de la oficina
En la calle se le humedecieron los ojos y se marchó
murmurando entre dientes
No se leer y no se escribir... y no tengo otro arte
¿Quien me dará trabajo...?
Homero.