lunes, 3 de diciembre de 2012

EL ROBO


Salía de una reunión, eran las 5 de la tarde y empezaba a oscurecer.
LLave en mano se dirigió a su automóvil mientras con la otra mano cargaba su maletín “samsonite”; por fin le habían pagado el trabajo de todo un año.
Gerardo era publicista.
Cerca de su vehículo se encontraba un hombre en cuclillas; amarrándose los zapatos. Daba mala espina. El misterioso hombre sin levantar la mirada le dijo: “Lo estoy esperando, ¿Usted sabe para qué?”.
Gerardo estaba tenso y le dijo: “Para asaltarme supongo”. _ Así es mi amigo, para asaltarlo. ¿Y qué piensa hacer al respecto?”. Gerardo puso el maletín en el suelo y le contestó rápidamente: “Pues defenderme hijueputa” y comenzó a patear al hombre que ni se había molestado en incorporarse.
A los pocos minutos llegó la Policía y detuvo a Gerardo que gritaba como loco. El maletín había desaparecido.
La gente se había aglutinado alrededor del hombre que yacía golpeado en el suelo y comentaban: “Pobre hombre, severenda vergueada la que le han pegado”.
El hombre logró incorporarse con cierta dificultad y le dijo a Gerardo un poco antes de que se lo llevaran detenido: “Te lo dije”.
Gerardo siguió gritando: “Es un ladrón; me acaba de robar”. Pero nadie le creyó; nadie le hizo caso.

Homero.
Diciembre 3, 2012.
Mi Cuarto.

7 comentarios:

Candela dijo...

Ay qué mal sabor de boca me ha dejado tu relato. Vivimos unos tiempos tan complejos, tan llenos de miedos, tal faltos valores que no sé muy bien que opinar.

El destino es a veces de lo más cruel ¿verdad?

Besos a miles.

Anónimo dijo...

Vaya!! y le salió el robo redondo, lo peor del caso es que uno ya tal como está todo no sabe si tomarlo como real porque lo has hecho en mi opinión genial! A partir de ahora en lugar de preguntar mejor será cruzar de acera, aunque eso tampoco sirve, a mí me atracaron igualmente.

Me gustó !!!! Saludos!

Homeronica dijo...

No candelita no te preocupes. Mi historia es pura ficción; un mero ejercicio de composición. Besos y cuídate. H.

Homeronica dijo...

FG. Es una historia ficción; no te preocupes. Quería destacar en la historia el arrebato desmedido de Gerardo y la astucia del ladrón. Algo que no abunda mucho en las calles. Como bien dices; es mejor no preguntar y cambiar de acera. Abrazos. H.

c dijo...

Me imaginé que era ficción pero esa incertidumbre, eso no saber si era un ladrón, si era el propio miedo, si era el destino...

¡Ay que lio!

Besos a miles.

Anónimo dijo...

Lo cierto es que hoy por hoy, vamos (creo) tan pendientes de que ay esto, ay lo otro que al protagonista ya reaccionó antes de tiempo y le salió mal pero muy mal la jugada.

Saludos!

Juan L. Trujillo dijo...

Brillante ejercicio de ficción, que presumiblemente puede devenir en real.
Lo único que queda claro es que, pase lo que pase, no hay que soltar la cartera.
Un abrazo.