domingo, 7 de septiembre de 2008

LA VENDEDORA DE BERENJENAS


Llegó a la casa de mi abuela una vendedora de berenjenas con su gran canasto puesto en la cabeza.

Señora; ¡Qué hermosas están las berenjenas! debería sembrar más por que se venden y se dan en buen terreno. Le comentó mi abuela.

¡Ay señora! si usted supiera que la casa y el terreno donde vivo no son míos. Respondió la vendedora.


Mi abuela ya no le dijo nada; pagó la cuenta y cuando se fue la vendedora hizo el siguiente comentario entre dientes:


Las berenjenas no son de ella para sembrar pero sí para venderlas.


Homero.

10 comentarios:

Esther dijo...

Hola! aqui estoy devolviendote la visita a mi blog,gracias por pasarte por allí. Este post dice mucho de lo que se hace hoy en día , en mi tierra por ejemplo lo que hacen es que roban muchas naranjas en los campos,encima de los cuidados que requiere el campo y conseguir asi la cosecha,encima les quitan una parte, pobres.

En este al menos la vendedora fué sincera y dijo que realmente no eran suyas.

por cierto lo que comentas en mi blog no me ha llegado ningún correo,si quieres te mando yo uno al tuyo si lo tienes en tu perfil y así sabrás cuál es el mío por si necesitas algo,pues hasta he mirado la bandeja de correo no deseado y no estaba.¡estas teconologías! jajaja.

saludos

Nosotras mismas dijo...

Buena conclusión, la de la abuela.

Besos

el piano huérfano dijo...

sabías son las abuelas
yo podia cocinar tantas cosas con las berenjenas

un abrazo

Homeronica dijo...

Esther: El comentario de la abuela descubre la mezquindad de la vendedora que mira útil vender la fruta ajena pero mira inútil sembrarla. Te he mandado un correo; gracias por tus comentarios. Un abrazo. H.

Homeronica dijo...

Así es Nosotras mismas. Saludos. H.

Homeronica dijo...

Huérfano piano: Por eso han llegado a esa edad. Un abrazo. H.

Lara dijo...

Las palabras de los abuelos siempre son sabias ;)
Muuuuacks!

Zita. dijo...

Gracias por responderme al mail. Ya te envié otro.Por cierto, me gusta mucha la entrada.
Un saludo.

Catalina Zentner Levin dijo...

Homero, que interesante reflexión la que cierra tu texto.

Así sucede en muchos aspectos de la vida, sembramos y cosechamos en terrenos ajenos.

Abrazos,

Runas dijo...

Siempre hay que escuchar a los abuelos, saben muy bien lo que se dicen. Un besazo