NO TE METAS EN MI VIDA
De vez en cuando me meto a "clavos" por meterme en la vida de los demás.
Ej. Un alumno que hace su tarea "copy y paste" de internet y lo regaño (aconsejo) por ello. Un hombre que maltrata a su compañera (algunos se merecen apalearlo). Un policía azotando sin razón a un pobre borracho o a huelguistas. (da coraje el abuso policial).
¿Tenemos derecho o no a meternos en "la vida de los demás"?
Pues sí. Siempre y cuando seamos responsables de manera directa o indirecta de lo que le pase o le pueda pasar a ese tercero si no intervenimos.
Ej. El hijo(a) que no estudia por pasar todo el día "feisbuxceando"
En este caso, aparece de manera clara la necesidad de intervenir; también aparece claro el no intervenir en la vida íntima (privada) de las personas. Vamos, no ir a la fiesta en la que no estás invitado.
Pero en otros casos, como ser testigo de un accidente de tránsito en la que mueren personas o salen lesionadas. ¿Qué hacemos? Aceleramos y pasamos de largo por que "ese no es mi problema" o nos detenemos para ayudar en lo que se pueda. No hablo de ir a la Corte por que una vez citado es obligatorio ir, así que está fuera de tu voluntad hacerlo o no.
Todos los días enfrentamos esos dilemas: ¿intervengo o paso de largo?
En mi opinión, debemos vivir la vida como si se tratara de los otros; de los cuales somos responsables. Responsables por uno mismo; responsables por los otros que se puedan ver afectados por nuestras actuaciones o por nuestras omisiones.
Homero.
6 comentarios:
No debemos olvidar que la solidaridad es la antesala de la paz.
Un abrazo.
Así es Juan. Tan difícil en estos tiempos cultivarla. Abrazos amigo. H.
Exacto no olvidarnos de nosotros ni de los demás..bien Homero.
Gracias Andrea. Me alegra verte por mi blog. Abrazos. H.
Y si intervenimos nos acusan de represores. Pero... ¿lo somos?
Hace años por poco mato a un chino que pateaba a su ¿compañera? en medio de la calle. La chica estaba en el suelo y el tipo no paraba de darle patadas. Luego la chica no paraba de llorar, porque el tipo, ante mi asesina agresividad, marchó corriendo.
No me extraña Pau. La víctima justifica al victimario y lo defiende. ¡Qué mal andamos! Gracias por pasar amigo. Un abrazo. H.
Publicar un comentario