(Tomado de internet)
"Cuando uno muere, se acaba todo". Eso dijo el poeta y pienso que murió tranquilo.
La muerte, aunque es sencilla de explicar es muy dificil de aceptar.
Las religiones te dan azotes desde niño para ver la muerte como una redención, pero sospechas de su veracidad toda la vida, hasta que, en el último momento, te aferras a esa esperanza, luchas por vivir y ¡ Bangán!, con un certero golpe caes noqueado para siempre ante esa señora: la muerte.
Días antes, tratabas de mantenerte en la lógica y el raciocinio; te repetías muy seguro: "en la dialéctica de la naturaleza se explica muy bien eso. Pasas de un estado orgánico / espiritual a un supuesto estado espiritual, crees que el alma vuela y agarra hacia el cielo, el paraíso y cruzas los dedos para que no se le ocurra verse tentada a disfrutar de las bondades del infierno...
Pero no, no pasa nada de eso; solamente miras el dolor elevado a la potencia extrema, la agonía a cuenta gotas y luego, la agonía final. Tu cuerpo se estremece y sientes como se abre un abismo en ese lugar que se supone está el alma y duele mucho; quieres llorar y no puedes, quieres parar de llorar y tampoco puedes. Te da nauseas, mareos, pierdes un día en un segundo real y luego silencio, apenas te percatas que esa voz que te sonaba a madre, a amigo, a hermano, se ha apagado.
Homero.
Mayo 9, 2022.
Nicaragua.