miércoles, 9 de febrero de 2022

Adecuarse a los tiempos.

Sabíamos (o sospechábamos) que enfermarse de covid era un asunto de tiempo; mi hermano está enfermo y esa situación ha generado mucho tensionamiento en la familia. De momento se ha descartado que esté en peligro de morir, pero no se sabe a ciencia cierta por las secuelas que quedarán. La peste está ahí, viva y coleando; enferma y mata personas. No son tiempos buenos, no es momento para andar de juerga con los amigos o familiares. ¿Para qué arriesgarse sin necesidad? Trabajar es una obligación, contaminarse y morir es un daño colateral inevitable, pura estadística. Realmente la vida de las personas importan en tanto son "útiles" para el Estado, ya sea en el presente o para el futuro. Se inventan vacunas, uno se las pone lleno de dudas sobre su efectividad; uno se pregunta por las posibles reacciones posteriores. Las dudas se incrementan cuando conocemos de gente que se ha salvado o de gente que ha muerto, con vacuna o sin ella. ¿Qué hacer? Al final, la decisión es personal. Se que se están tomando medidas contra las personas que se niegan a vacunarse; algunos padres de familia controlan y restringen la salida a la calle de sus hijos. Crece las tensiones, los disgustos y frustraciones. Al final, también hay dudas sobre la efectividad de estas medidas. Sea como sea, el mundo, la sociedad está cambiando; la forma de relacionarnos ya no será igual, tendremos que crear nuevas formas, la "virtualidad" no convence del todo, porque somos seres vivos de contacto, sociales. Adecuarse a los tiempos o perecer. Eso es lo que tenemos.


Homero.

Febrero 9, 2022.