viernes, 22 de agosto de 2008

UNA DELICIA



Sudaba como un diablo; todo el cuerpo caliente
agitada la respiración, jadeaba, resoplaba.

Cayó sobre su cuerpo un torrente de delicias
miles de pequeños deseos cristalinos húmedos.

Las manos frotándose en el cuerpo;
el calor que se disipa y se extiende por los suelos...

¡Ahh! ¡Qué rico!

¡Qué maravilla...!

¡Dios!

Se envolvió en la toalla
Manuel
cerró el grifo
y salió de la ducha.

Homero.

1 comentario:

El Zopilote dijo...

Saludos amigo, buen post muy refrescante, muchas veces el agua es una bendicion.

un abrazo Homero,