domingo, 3 de febrero de 2013

LA RIQUEZA DE LA INTERCULTURALIDAD





                                (Fotos tomadas de internet para ilustrar el post)
  

"No te metas con extraños; esos no son iguales a nosotros son, son, son... diferentes... no es que sean malos no... pero mejor no te metas con ellos..."

¿Cuantas veces hemos escuchado eso? incluso, familiares muy cercanos se han encargado de enseñarnoslo y repetirlo.

Se nos ha inculcado que la diferencia es mala; que lo mejor es buscar y cultivar las semejanzas y no las diferencias.

Se ha visto como "normal", incluso "natural" el hecho que el ser humano se asocie y se relacione con personas "afines" culturalmente.

Pero eso que se mira "normal" ha sido una de las causas principales que frena el desarrollo de la humanidad. El desarrollo tiene como base culturas homologadas y no los ambientes diversos.

La discriminación se asienta en la exclusión por la diferencia; se discrimina y se desautoriza todo lo proveniente de esas diferencias.

A modo de ejemplo: El comer con la mano es mala educación. ¿Quien inventó esa regla? ¿los que comen con tenedores y cuchillos? Mi abuela comía con la mano y es rico comer con la mano y era una persona sabia y educada, nunca decía una mala palabra y se dirigía a todas las personas con respeto. Ahh pero si comes pollo con la mano en un Kentucky Fried Chiken  no hay problema. 


¿Y quien inventó esa excepción a la regla? pues los que manejan las reglas de la diferencia. Ellos deciden si la diferencia como excepción es buena o no. De paso, es una cultura occidental considerada "universal", pero por ejemplo, en Marruecos es normal comer con la mano. Entonces la fácil conclusión es que todos los habitantes de ese lugar son unos grandes maleducados; que es lo mismo decir, unos grandes incivilizados, "incultos"

¿Adonde quiero llegar con esto? 

Quiero destacar, que en las diferencias radica la riqueza de la interculturalidad. No en las semejanzas. 

Se logran avances sustanciosos cuando se contraponen las ideas pero también cuando se incorporan todas ellas en el espacio y el tiempo subsistiendo cada una de ellas en su esfera propia. 

Asumir tal o cual posición con respecto a algo; no invalida o inutiliza la posición diferente, incluso contraria. 

Es como conducir por la izquierda o conducir por la derecha. Ambas son reglas de tránsito igualmente válidas en la cultura y en la geografía que se presenta. Ni la una ni la otra prevalece. Coexisten en la Aldea Global.

Debemos cambiar nuestra mentalidad asumiendo las diferencias como motor principal del desarrollo pero también como paradigma; asumir que somos diferentes en todo y no hay nada malo en ello. Que podemos consensuar o disentir, que podemos cuadyuvar en la semejanza y también en las diferencias. 

Así el principal crítico de nuestro trabajo o conducta, podría ser uno de nuestros mejores aliados en tanto nos señala con rigor nuestros errores y defectos y por lo tanto, nos ayuda a superarlos.

Pero también; tenemos la maravillosa oportunidad de enriquecernos y crecer culturalmente con tan solo aceptar como valor humano, como precepto universal, que lo que hagan los otros, aunque sean diferentes a nosotros; es equivalente a lo que hacemos nosotros

Podemos crecer entonces, enriquecer nuestra práctica; revisar y cuestionar incluso nuestras teorías aprendiendo de las prácticas equivalentes de los diferentes a nosotros. 

Cuando lo hagamos, obtendremos no una simple sumatoria de equivalencias si no un plus; algo nuevo en tanto nuestra práctica ha sido modificada por la inclusión de diferencias en ella. 


3 de febrero de 2013.


Homero.




1 comentario:

Juan L. Trujillo dijo...

No olvides, amigo, que la discriminación siempre suele ser interesada.
Es una manera de hacerles ver una inferioridad inexistente, para de esa manera sojuzgarlos mejor.
El hombre lobo para el hombre.
Un abrazo.