TE LAS QUERES DAR...
Por fin tuve la tarde libre de un viernes en el Hospítal "Velez Paiz";
Como cirujano plástico me dedico a reconstruir cuerpos; sobre todo de niños que han sufrido accidentes; labios leporinos o algún defecto de nacimiento.
Me desempeño, además como Director del Hospital Escuela por parte de la Universidad; para la práctica de jóvenes médicos que se van a graduar de cirujanos.
Pero en fin; eso no es lo mas importante.
Tanto tiempo de no tener una tarde libre y no sabía adonde ir.
Pensé que era una buena idea visitar a mi madre y el barrio que me vió nacer y crecer.
Me dirigí hacia la ciudad de Diriamba; un pequeño municipio del Departamento de Carazo; sito a unos 40 kilómetros de la ciudad de Managua.
El viaje resultó una delicia; viendo los cafetales verdes pintados de rojo;
estaban listo para corte.
Llegué y mi madre no estaba; así que decidí salir a dar una vuelta por el barrio.
Tantos recuerdos alojados en las calles; en la casas; en el campo donde jugabamos beisbol todos los chavalos.
Estaba tan absorto en mis pensamientos; que no me percaté que tenía a un señor indigente detrás de mí; lleno de malos olores; aliento resaca de licores añejados en su cuerpo. Rancio.
Me dió una palmada en la espalda y me lanzó el primer "saludo":
¡Ideay hijueputá...!
¿ Ya no te acordás de mí?
Vos soy Jorge el "pelón" Ramirez ¿no?
Sí. Soy el Dr. Jorge Ramirez.
El señor indigente se me abalazó a abrazarme lleno de grasa su vestimenta y sus manos , en una mezcla de lodo, polvo y grasa.
No jodás si estás mas "pelón" y canoso.
Yo soy Marcos Espinales; el mejor cacher de este barrio.
Un poco abrumado por la presencia del indigente
le contestesté con un "Sí... medio me acuerdo..."
Parece que eso lo molestó y comenzó a insultarme.
No jodás ahora no te acordas de uno;
de tus amigos del barrio
solo por que estudiastes un poquito mas que yo.
Y se fue despotricando; arrastrando las chinelas de gancho
que un día tuvieron color como su vida misma.
Me regresé a casa y me senté pensativo
en ese taburete viejo de la cocina de mi madre
después de abrazarla.
Preparaba unas ricas rosquillas y chocolate caliente.
Mi delicia.
Mi madre me conocía demasiado
mas que mi esposa.
Y me preguntó: ¿Qué te dijo el borracho Marcos?
Me dijo que me las quería dar por que soy médico.
Solo por que había estudiado "un poquito" mas que él
supongo que siete años de básico; cuatro de residencia;diez años de especialidad
y treinta de ejercicio profesional es poco para él.
Mi madre solo me quedó viendo y se puso a reír y me dijo:
Hijo; El tiene mas años que vos de beber guaro y andar en la calle
es el Rey de este barrio.
Y nos pusimos a reír
Entonces me ganó madre...
(Fin de la Historia)
Homero.
10 comentarios:
Si es que lo que enseña la vida y la experiencia...
Bikos mil y feliz fin de semana.
Gracias azul: un beso para ti y disfruta con los tuyos. H.
Cada uno en su papel...
Espartaco, tienes algo en mi blog para ti.
Un beso.
Sak: Al parecer el borrachito se quedó petrificado en el tiempo. Un beso. H.
Hay gente que huye constantemente de su pasado. Seguramente huyen de sí mismos más que de ninguna otra cosa. Conozco gente así, pero casi ninguna es feliz.
Beso, Homero.
Tienes razón Mela: creo que el médico en el fondo estaba molesto por que el borrachito no le hizo el coro. Pudo haber sido mas humilde. Un beso. H.
Hace poco que fuimos de vacaciones por aquellos lados, caminando en la calle, un borrachito en condiciones bastante parecidas abrazo a mi hijo y le dijo...yo conocí a tu abuelo..mucho lo quería...! Mi hijo me miró con cara de "que hago?" pero luego me contó que se sintió bonito, como que estaba en familia... será porque no ha estudiado mucho todavía?
Abrazos Homero.
Isabel: mas bien diría que no se ha contaminado de arrogancia. Un abrazo. H.
Yo me hubiera reido con ellos. En verdad es el Rey de barrio y el Doctor de su quirófano. Que se puede decir...cada uno sigue su destino y hace su apuesta.
Un beso Homero. Ponerme al día ha sido todo un placer.
Maya
Homero, que envidia!!!! recuerdo Diriamba, y su maravilloso paisaje, ademas de ser una zona magica.
Siempre un reencuentro con nuestro pasado deja huellas de reflexion.
Un beso,
Soraya
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